Bio
Es poeta, traductora y docente. Su trabajo poético responde a la poesía del mundo quechua oral. Una poesía que brota fundamentalmente de un mundo hablado y representa a una voz colectiva, retratando situaciones y experiencias de las comunidades quechuas, tales como la migración, el intercambio cultural y el imaginario popular.
Soy mujer quechua de la nación k’ana, de la comunidad de Ch’isikata, provincia de Yauri-Espinar, Cusco-Perú. La noche en que nací entraron en la chocita tres Eminencias: tata Qurupuna, el nevado más poderoso de mi región; la abuela Hap’achi, potencia de los tejidos; y el tutelar de mi pueblo, Apu Torre Waychu, poeta y cantor. Sacudieron sus alas de cóndor y me infundieron sus potencias.
Tata me concedió su llave de cuentero, levantó su bastón de oro y desplegó sus alas, pero como sus alas eran tan inmensas no pudo desplegarlas por completo en la chocita de paja. “Yo, tata, el que escucha las historias de toda la gente, vengo por mi hap’iqi para infundirle mi aliento cuentero”, dijo y me dio tres cálidos respiros en palpitante laguna occipital de mi cabecita.
La abuela me regaló las illas-resplandecientes de los hilos. “Será mi gemela en los tejidos, sus manos serán ágiles como las mías, los hilos correrán al dedillo sin enredarse”, me habló con tiernos latidos. Las illas serpentearon por todos los rincones de mi corazón, sin soltarme giraron mostrando sus largos bigotes de oro fino.
El poeta-cantor Torre Waychu, por su parte, encantó mis cuerdas vocales con una antarita. “Mi nieta, cantorcita, eres el ojo del agua, a la cadencia de tu antarita el gato-quwa se despertará para eructar las nubes, y en el momento indicado trepará en ellas para dejar luego caer su larga cola de nieve y precipitar con rayos y truenos la madre lluvia”.
Cuando la ceremonia hubo terminado apareció la dueña del sabor, la tía abuela Añas-zorrino, que me entregó su olla de barro y me dijo: “Tú serás la nariz y el ojo en las faenas y en los rituales”, antes de dejarnos su poderoso olorcito de cocinera.
Desde entonces, los cuatro soplos me habitan y me atrapan, todos juntos fueron llevándome por nuevos surcos hacia el ojo resplandeciente de la escritura. Escribir es algo que yo fui armando por mi propia cuenta porque no vengo de una tradición de narraciones escritas sino orales. Los ch’isikatas contaban y tejían, araban la chacra y pastaban las llamas, siempre guiados por el ojo irradiante de sus cantoras y cocineras, pero no estaban habituados a escribir: “Ñawsan kayku-somos ciegos para las letras”. Yo fui trazando mi propio huacho-surco jalando las cuatro tramas para crear un nuevo tejido de narración escrita y sin que me diera cuenta también había surgido mi poesía escrita. Y así, siguiendo los surcos de hilandera, tejedora, narradora, cantora y cocinera, hasta atrapar el otro surco de escritora, he caminado largo.
En mi largo camino, “hay vida vidita” exclamé con los golpes de la vida. Recuerdo el primer golpe en el pecho, fue un martes por la tarde, cuando estaba hilando, una patrona me arrancó la rueca que me había regalado mi madre: “India ignorante, patas de cóndor, las letras no son para llamas”. Insultos como este me llevaron a trazar un nuevo camino: “aprenderé a leer y escribir” me juré, cerrando mi ojos de niña, pero, sin derramar una lágrima. Desde entonces, cantando y soñando, a la luz de la luna llena, fui asimilando la lectura y la escritura al zumbido de mi rueca. Y llegado el momento señalado, empecé a defender la palabra de las niñas quechuas, y dado el momento emprendí a luchar por mi tierra a través de mis palabras y poemas; reivindico la madre agua y las cascadas, los nevados y las aves, los vegetales y la madre coca.
Volando de surco en surco, me hice licenciada en Lengua y Literatura (Universidad San Antonio Abad del Cusco). Volando y volando obtuve un máster de Antropología (Facultad Latinoamérica de Ciencias Sociales-Quito), volando y volando logré un doctorado en Ciencias Sociales (Universidad Autónoma de Barcelona en coordinación con la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales-Paris).
Su obra

Tejiendo y tejiendo germinó Juego de enamoramiento en el Ejido: Identidades e imaginarios de las jóvenes de Atápulo, mi primer libro de antropología (Flacso-Abya-Yala, 2011).

⊕Tejiendo y tejiendo brotó “La auto etnografía y la perspectiva indígena en la antropología americana”, en Monogràfic Etnografies contemporànies de l’Amèrica Indígena. (Quaderns de l’Institut Català d’Antropologia. Sèrie monogràfics 31, 2015).
Hilando e hilando salió “Larphay: El soplo corrosivo de los no-humanos y las transmutaciones de las personas”, en Revista de Antropología Iberoamericana, volumen 13, Número 2 Mayo – Agosto 2018 (253 – 273).
Urdiendo y urdiendo retoñó “Chawpinchay-tinkunchay: el punto de encuentro indiscernible”, en Humanidad. Categoría o condición. Un viaje antropológico (Montserrat Ventura, Josep Lluis Mateo, eds. P 215-228, Bellaterra 2018).
Trenzando y trenzando despuntó “La producción literaria en el idioma quechua como una alternativa de fortalecimiento de la Identidad e Interculturalidad”, en Identidad Lingüística de los Pueblos Indígenas de la Región Andina. Edt. Abya-Yala: Universidad Andina Simón Bolívar, sede Ecuador; Instituto Italo-Latino Americano, Quito 2005.
Pero en verdad, los soplos que me atrapan son mis cantos y mis poemas, mis manos de tejedora también urden y dibujan cóndores, felinos, serpientes, duendes y ojos irradiantes. Volando y volando he publicado los poemarios en quechua-español Tikachumpicha (Ed. Abya-Yala, 2012) y Ch’askaschay (Ed. Abya-yala, 2014); también, el poemario en quechua altoandino K’ana Taqi mama (Ed. Inc, Cusco, 2015).
Volando y volando apareció Un petit grand-père bien canaille, mi primer libro de cuentos, en versión trilingüe quechua-francés-español (Ed. L’Harmattan, 2017, collection “Le L’eyende des Mondes”).
Volando y volando surgió Oiseaux amoureux et séducteurs, mi segundo libro trilingüe (Ed L’Harmattan, 2019).
Volando y volando germinó Les Murmures de Ch’askascha, mi tercer libro trilingüe (Ed L’Harmattan, en edición)
Imallayki-hayk’allayki, dice la cuentera, “Qiww” responde mi niño-condorcito. Y juntos alzamos el vuelo por ciudades y quebradas hasta llegar a la cumbre más alta de sus majestades-Apus nevados.
Sus textos
PHAQÑULLA
(poemario Larphay)
Huq vilachina platuchan kan,
allillamanta llamiyunalla,
“ch’iq” nirachillaqtiykin
wawaykiq sunqunta k’iriruwaq.
FRAGILIDAD
(poemario Larphay)
En el platillo de porcelana gotea la fina cera del cirio
y cada día se limpia con delicadeza para no desportillarlo:
podría gritar “¡ay!” el corazón del niño.
TINKUY
(poemario Larphay)
Yaku mamaq ñawin lliphipikuspa
wachu wachunta phawashaspa,
qunqaylla rank’arukun,
chaylla lliw pampantinta p’alqariykun,
manapuniñan urpi yananwan tupanmanñachu.
EL ENCUENTRO
(poemario Larphay)
El ojo irradiante avanza por el surco hacia el anhelado encuentro,
y sin querer tropieza con una piedra
y todo se desborda.
Los amantes ya no volverán a encontrarse.
HALLP’A P’UKUCHA
(del libro Arcilla)
Nuqan huq hallp’a p’ukuchata wakichikurani,
tukuy sunquywan kusisqa chay simillanta q’inpirirqani,
llusk’ay llusk’ay uya p’ukullay kapuwanki, nispa k’anchaykachirani,
“lichi-lichi kirullay, mana q’asasqa kapuwanki”, nispa wakichikurani,
“sapan ñañallaymi kapuwanki” nispa kinsa samallaywan rikch’arichirani,
“qantaq kanki trigucha, nuqataq kasaq saracha” nispa warma sutiywan sutichakurani.
Chaymantapachan hallp’a pukuchaypi,
Mishk’iy-mishk’iy trigu-sara lawachayta mikhukurani,
makillaypi muyu muyuruchispa,
kantullanmanta phuku phukurispa,
parlan parlan mishk’ita mikhukurayku.
Nuqan huq hallp’a p’ukuchata ruwakurani,
nuqataqmi qunqaylla q’asarapusqani,
manaraq pura killa hunt’ayurushaqtin raqraraña kapushasqa.
Qunqay q’asarusqaymanta viodo runallaman urmani,
Viodullaman urmaspan
chay lichi kirullaypas ishkay q’illu achakullaña,
Viodullaman urmaspan
llusk’a uyallaypas kikin mirkha t’uqra t’uqrallaña.
Qunqay q’asurusqaymanta
Sara-trigu lawallaypas haya,
haqay viyudukunaq p’usqu uyankuhina.
PLATITO DE BARRO
(del libro Arcilla)
Yo di vida a un hermoso plato de barro,
rebasada de emoción le hendí un hermoso labio,
palpitando la semilla de mi corazón modelé su rostro lozano,
“blancura de dientes sin desportillar” le confié en secreto.
“Serás mi eterna compañerita”.
“Y ahora pulsa” y le soplé tres alientos de vida.
“Serás el grano del trigo,
yo seré el grano del maíz” y susurrante le ofrecí mi nombre de doncella.
Desde entonces,
cremita de maíz y
cremita de quinua
paladeé en mi platito de barro,
girándolo con cariño entre mis manos lo saboreé,
soplando su caliente respirar lo degusté,
hablándole ternuras disfruté de las cenas más lindas de mi vida.
Yo di la vida a un hermoso platito de barro,
y yo misma, sin darme cuenta, lo desportillé,
en un pestañeo lo agrieté antes de que llegara la luna llena.
Desde entonces
fui cayendo en las manos de los hombres viudos.
Desde entonces
la blancura de mis dientes se convirtió en dos huesitos amarillos.
Desde entonces
el brillo de mi rostro es como greda manchada.
Desde entonces
las cremas más apetitosas son agrias y saladas,
como los rostros de los hombres que fui amando.
MALIFISHU-LAYQASQA
(poemario quechua Taqi-Mama)
Malifishutan kachayusunkiku,
sunquykin waraquwan t’ipasqa,
yawar waqaytan waqakushan chay sunqullayki.
Chhiri khuruy, haya venino,chaykuna sunquykipi quchayarashan.
Tawachunka fusfuruq k’aspinmi purinayki ñanta wisq’ashan.
Huq mana sutiyuq yana mankataqmi samayniykita hap’ishan.
Mana chaninninpi k’irisqa chay sunqu rurullayki, nishansi apunchiskuna.
allin waqaytaraq waqarukuchun chay k’irisqa sunqu rurullayki.
Piraq mayraq manapas k’irikuranchu sunqu rurullantaqa.
Chanininpin rimakusqasunkiku,
Chhukchaykiq puntanta hanch’ay haqay rimaqninki hanch’arukunanpaq,
Chunpichaykita lluq’iman k’uyuy rimasqan payman kutixarunanpaq.
Lafrachaykita saq’ararukuspa paña chakiykiwan lluqsiyuruy,
lluq’i chakiykipiqa kutihun rishan chay rimayniykiq masinman.
EL MALEFICIO
(poemario quechua Taqi-Mama)
Te han soplado daño,
en tu corazón hay espinas incrustadas,
tu pobre corazón llora sangre.
Envidia, ponzoña, mal de ojo le echaron,
cuarenta palitos de fósforo cierran tu camino
y la olla negra atrapa el aliento cálido de tu destino.
Es incontable el daño en la semilla de tu corazón, dicen los espíritus.
Deja que tu pobre corazón llore cuanto deba llorar.
Este y aquellos fulanas han herido el tierno grano de tu almita.
Es incontable la habladuria de la gente, murmuran mal de tu vida.
Muerde tu cabello y que se muerdan sus lenguas saladas.
Tuerce tu faja a la izquierda y que esos soplos salados regresen contra ellos.
Sacude tus alas, pequeño ángel, y sal con el pie derecho,
que el izquierdo devuelva la mala ponzoña a la casa de tus enemigos.
SIRINASQA LLAKSASQA
(poemario T’ika Chumpicha)
Quchaq chawpimpi
killa p’unchawpi tiyan:
tawa sirinitas inkantaduras.
Qulqi ñaqch’awan ñaqch’akunku
chaki taripay quri chukchankuta.
Ñañuchamanta takiyta yachanku.
Qhari chimpaqtintaq inkantarunku,
chay qhariq qharmitunta urqurunku
“charranguy kapuwan” nispa.
Kiruntapas urqurullankutaq
“charranguituq klabihan” nispa,
“quri chukchaykuwan kurdaschasqa” nispa.
Warmi chimpaqtintaq disinkantarunku,
tawa bininusa kulibritaman tukurunku,
ñawillanwan llaqsakuq kulibritas
mana chimpayuy atiyraq bininusitas.
SIRENAS ENCANTADAS
(poemario T’ika Chumpicha)
En lunas llenas se despiertan las sirenas en lagos encantados.
Tienen cabellos de maíz y tetas de pescado.
Tienen espejo de oro y peineta de plata.
Trenzan sus cabellos hasta la punta del tobillo.
Cantan melodías antiguas como gotas de llanto,
cuando los hombres se acercan las encantan,
roban su mandíbula y dicen mi charanguito,
desgranan sus dientes y son clavijas del charango.
Para la cuerda prefieren sus cabellos de oro fino.
Pero cuando las mujeres se acercan, se espantan.
Se transforman en cuatro culebritas venenosas,
y con cachetada de hombre te dominan.
Dicen que hacen caer los pensamientos de la mujer.
KUNDINARU
(poemario Ch’askascha)
Wañuy pachapi ñak’ariqmi kani,
manañan runatachu purini
wayraq apanallanñan kanipas,
urqunta q’asanta
ch’anki mikhusqaypi
wayq’unta pampanta
yanay maskasqaypi.
Kay vidaypas manañan vidañachu,
yakumamaman chimpayuqtiypas
yawarmanmi tukun,
kukamamata pallarikuqtiypas
waraqumanmi tukun.
Vidaypas mañana vidañachu,
chakiypas tukukunñan,
tulluypas ukhurinña,
llanthuypas chinkapunña,
yupiypas arrastrasqallañan
wayraq lastrunhina.
Qanchis llaqtata tukunaypaq,
Qanchis urquta wasapanaypaq,
mana pipas tapunawanpaq,
mat’iypi wasaypin kashan
yayaq markasqan,
taytaq qhillqasqan.
Qanchis llaqtataq tukusaq,
purispa muyuspa tukukusaq,
chayraqchá tukukunqa huchay
chayraqchá pampachawanqa tayta,
yaku mama “atatáw” nisqaymanta
kuka mama mana chaskikusqaymanta.
CONDENADO
(poemario Ch’askascha)
Mí vida es tormento en este mundo,
hace tiempo dejé de ser humano,
sólo espero que me lleve el viento,
mi vida no es vida,
cerro en cerro como ánima y como alma
he penado y he sufrido
comiendo espinos verdes.
Mi vida es otra vida,
cuando quiero tomar agüita
se vuelve sangre,
cuando quiero recoger
hojitas de coca se transforma en espinos.
Mi vida es otra vida,
mis pies de tanto rodar se han acabado,
mis huesos de tanto andar han aparecido,
de tanto penar mi sombra se ha perdido,
mis pies ya no dejan rastros,
se arrastra como trapo viejo,
cual soplo barrido por el viento.
Dejaré de penar
terminando siete pueblos
acabando siete naciones
y para que nadie me mire,
para que nadie me pregunte,
en mi frente y en mi espalda
escrito está, firmado está
la palabra de Dios Yaya
Rodando siete naciones,
vagando siete pueblos voy a terminarme,
recién entonces mi pecado se terminará
recién entonces Yaya me perdonará
por despreciar la mama agüita,
por no recibirme la mama coquita.
HUQ VIDAMANTA
(poemario Ch’askascha)
Purinanchis ñan patapi,
chay k’inray wayqullanchispi,
yana taparakullañan tuta laprantin
chakatasqa laq’arayashasqa,
manapasñacha
chay purinanchis ñan patata purirusaqchu.
Ripunanchis uray mayuninchispitaqmi,
ruqt’u añasllaña,
añas q’apayta q’apashasparaq
pampata uqsishasqa,
chay chunta sinqanwantaq
inti taytachata p’inchashasqa,
killamanchista wañuchishasqa,
anchallachus,
manaña kuyasqay llaqtayman
kutiramusaqchu.
Ikiraqsis karan
kay vida wañuyqa,
ikiraqsis karan kay
yana chichirrinka,
chinkakuna kanman chinkarakapuyman,
pakakuna kanman pakarakapuyman.
Kay vida wañuyllan
sasata llakichishawan,
kuraqta manchachishawan,
sapa killa wañuyta,
yuyayniyta chinkachishawan
kay ripunay q’asa patachaypi.
DE LA OTRA VIDA
(poemario Ch’askascha)
En el camino de nuestra partida,
a la vuelta de nuestra quebrada,
la negra muerte hallábase crucificada,
sus alas anochecidas extendió mi surco.
Tal vez, no vuelva por el caminito
de nuestras tantas andanzas.
Pasando la bajada de nuestro río grande,
la diosa negra y sorda apestaba a zorrina,
abría la tumba con su puntiagudo hocico,
mirando el sol la giraba al abismo con su larga trompa,
su aniñada mano izquierda eclipsaba la luna,
tal vez,
ya no vuelva a mi querido pueblo.
Hay muerte, muerte,
vida sin soplo,
como escaparse del zumbido de la mosca negra,
si perderme pudiera me perdería.
Vida sin soplo, vida sin dioses,
te sepultas en mi mente,
la luna mengua,
la muerte enlútese la vida,
el zumbido zumba en la quebrada de mi partida.