Gloria Mendoza Borda

Puno, Perú |1948


Bio

Muy joven, integró el Grupo Intelectual Carlos Oquendo de Amat de Puno, espacio en el que difundió sus primeros poemas. Su poesía refiere a la mujer, la naturaleza y la memoria en versos sencillos, muy emparentados con cierta nostalgia del canto quechua, aunque también hay poemas que son un reclamo, un grito contra la injusticia. Se ha desempeñado como profesora y promotora cultural. Dirigió, por muchos años, los Martes Literarios en la Alianza Francesa de Arequipa. El Ministerio de Cultura la declaró Personaje Meritorio de la Cultura Peruana el 2017, año en el que, igualmente, la Municipalidad Provincial de Arequipa la distinguió con la Medalla de Oro a la Cultura por el aniversario de esa ciudad.

Ha publicado Los grillos tomaron tu cimbre (Casa de la Cultura Cusco, 1971), Lugares que tus ojos ignoran (Texas – EEUU, 1985), El legendario Lobo ( Lima, 1995), La danza de las balsas (Lima: Editorial Horizonte, 1998), Dulce naranja dulce luna (Lima: Arteidea, 2001), Q’antati deshojando margaritas (Lima: Arteidea, 2006), No digas que no sé atrapar al viento (Lima: Arteidea, 2011), Amtasiña (Puno: Universidad Nacional del Altiplano, 2013), Desde la montaña grito tu nombre (Lluvia Editores, 2013), Mariposa blanca, mariposa negra (Arequipa, 2017), Mi abuela mi patria (Lima, 2018), y ha compilado la antología Un otoño azul: selección de participantes del Martes Literario de la Alianza Francesa de Arequipa (Arequipa: Cuervo Editores / Alianza Francesa de Arequipa, 2018).

Reside entre Lima y Arequipa.

Sus textos

DISCURSO DE UNA NUEVA MÁRTIR, CAMILA

A propósito de ver unos cartuchos blancos
mirando hacia abajo, doy otras connotaciones
con el recuerdo de la mártir Camila

Soy una trompeta blanca
miro hacia abajo
soy blanca
pero no me siento
blanca
soy una mezcla
tengo el aroma a tierra
tengo cuatro años
no estoy sola
me acompaña
el silencio
la noche
soy Camila
una flor blanca
como mi muñeca sucia
migrante solitaria
soy Camila
me acompaña una multitud
me desmenuza
un mozuelo asesino

por los cerros
miles de zancudos miles
la noche muestra un cielo tenebroso
canto a la tierra
tengo muchos hermanos
aquí en mis pueblos
soy popular
en mi cuarto sin ventana
en las pretinas de pobreza
tengo un bosque
una orquesta
escalo mi corneta
los sonidos
alertan
la historia
tocan las campanas
por las mujeres muertas
niñas vejadas como yo
en batalla de mutismo
aullido salvaje
desde las tormentas
me vengaré contra los asesinos
dejen de hacer ruido rocas / piedras
mar / cielo / aire / fuego / viento
madre / uniformados / helicópteros
me vengaré contra los zancudos
con la inocencia de las margaritas
camino sollozando al borde de los mares
la historia no olvida
soy Camila
el asesino osa decir
soy blanco / pero me dicen chino/ negro
asiático / andino / amazónico / silvestre
indio / cholo / inca / salvaje / zancudo
tengo el poder de los machos
de la perversidad
solamente fui en busca de Camila
vapuleada por la inocencia
solo la toqué
no la metí en un costal

solemne disculpa
de sádico
cruel
asesino
se orina de miedo
ni una más
pero en las oficinas
los oídos atrofiados

Reimunda / Anastacia / Florencia / Isadora
levanto la voz en nombre
de las sin nombre / cornetas / cartuchas
Isaura / Rosalinda
día de las madres huérfanas
de las hijas que no aparecen
migrantes como Sarita Colonia
de las abuelas sabias y su mazorca
de dientes blancos
cada desaparecida en la cuenta del maíz
una niña inocente
otra / otra / otra / cientos
una niña con ansias de vivir
una niña que juega con las muñecas
como si escucharan mis palabras
otra joven talentosa universitaria
otra joven vende fruta en el mercado
otra muda que perdió sus palabras al nacer
la razón insana de los zancudos
pica / que se haga ceniza / fuego
que se quemen en la hoguera
como ave rapiña
jauría de arañas
que se arrastren en sus medias ahuecadas
hijos de buitres desde las sombras
custodiados por cuervos simulando santidad
llorando / jurando ser mártires
pidiendo perdón con el rostro acongojado
llorando con ajos triturados en los ojos

compañeras
tengo un bosque / una orquesta
levanto mi corneta:
salvajes
cernícalos
mal nacidos
ya llegará vuestra hora
la multitud clama equidad en las cárceles
ya llegará nuestro tiempo de aterrizaje
donde coincidamos cara a cara nuestro dolor
desde la muerte / desde los brazos mutilados
desde la sangre de las dueñas de la tierra
desde el llanto de nuestros padres
desde el fondo del brote de nuevos hijos
ya llegará el momento
donde caven sus propios hoyos
con la conciencia derrumbada
de pájaros negros
que se calcinen para siempre
que caven sus propios hoyos para siempre
yo Camila
soy la nueva víctima de la historia
en nombre de todas las Camilas / volveré.

(de Amusa, 2020)

Imagen de un pastor

PRIMER ACTO

Yo la tímida pastora de tus ovejas
bendito amo
lavé tus ovejas en todos los crepúsculos
de la virtud de los campos
hasta que se muestren desnudos a los ojos
de aquellas inolvidables tardes teñidas de ceniza y té
tengo la cabellera rizada semejante a una cabra salvaje
amo
yo rumiante de los tiempos de violencia
corriente agitada
pastoreo mis palabras
terminada mi tarea
estrangulo en el bosque el estúpido polvo de las arañas
que van carcomiendo la red de la choza / tus ojos de leche

amo
bastante he pastado
me he cansado con tu ganado
dame otro trabajo
juguetes de la corteza de árboles
quiero ser una pájara bravía / picuda
en los arrabales de mi corazón
quiero ser una chita
meeeé en las nubes de los cielos
de los sapos
después del aguacero
la de oídos finos
para escuchar la música
del viento
masticando el pasto de los poemas
pretendo brotar de los ríos que me acechan

dame tu sombra quiero jugar a la guerrilla
amo estoy deslucida
me duele ser una callada pastorcilla
para caminar tanto con los pies desnudos.

SEGUNDO ACTO

Amo mal amo
estoy harta de pastar tus ovejas
coger el látigo
escuchar solamente aullidos
de la yerba de los prados

¿por qué habré nacido para ser tu pastora
la pastora de tus sueños la pastora de tus rebaños
pastora de tu rostro en el conjuro de la danza?

TERCER ACTO

Amo mal amo
quédate con tus ovejas
con tus carneros de fiesta
cintos de colores en tus venas
que no ven
tengo el olfato de los abuelos
sé correr en manada
es tu hora me voy
debes pastar al compás del látigo
es tu turno
escucha esta carcajada de la cosecha
de mi olfato a poesía
te toca pastar mis ovejas maleducadas y tristes
te toca pastar mis lamentos de agua
se acerca la primera muerte
pastor pastor de montañas inexistentes
pastor ¿escuchas?
no te pierdas
no desmayes
pastor
es el fin.

(de Los grillos tomaron tu cimbre)

José Santos Mamani

Mi padre
acaricia rojas orquídeas
para evocar a José Santos Mamani
medía como dos metros e iba
seguido por el bullicio de los niños
espantaba cóndores incrédulos
en Bolivia
su tamaño encrespaba crepúsculos
a su paso cuchicheaba el silencio
los yanquis
como preciado venado
se lo llevaron
sin importarles su lejanía
ni su corazón aimara
exhibido en circos
y
vitrinas
reproducido en telares
los gringos sin apiadarse
sonreían
no les importaba
su coca madre
su llipta dulce
su poncho abuelo
cuentan que José Santos Mamani murió
de tristeza
en los Estados Unidos.

Este nombre no es mi nombre

Juro en nombre de la rosa
la fe
y la verdad
mi viejo sombrero
por el pequeño Laiko
y mi negra trenza
mi nombre es Isadora Tipula Quispe
me hicieron profesora de literatura
entre danza de máscaras
porque me perdía entre los ríos
y James Ensor guiñaba
el ojo izquierdo
observando sus máscaras macabras
tristes – malolientes – amenazantes
buscaba
mi historia
en el aguacero
besaba piedras
y preguntaba por mi nombre
a los tejados
en nombre de la rosa
oh cantuta
imposible dejar de nombrarte
rosa silvestre
rosa de las acequias
en vano preguntas
por la señora de la cabellera larga
ella está envuelta
en una aguda trenza
y en cada nudo
los ojos de los abuelos
encienden la noche
desde la magia – mito – ensueño
de Huancané
allí
donde todo es juego de infancia
padre
maíz – cimiento
erguido eucalipto
ruta que va y viene
blancas palomas se instalan
en mi silencio
en busca de trigo

fin de la época
aroma de rosa
quedo en la quebrada
campesinos aguardan
en su morada
hasta que las estrellas se multipliquen
desde Juliaca
y conducen tu vida
por tierra de nadie y de todos
en la piel de la rosa
rosa silvestre
tengo el presagio
de la guerra de hormigas
brasero
los muertos no están tan muertos
andinas buganvillas
cielos abiertos
trazaron mis andanzas
pastora de ovejas
hasta que el sol se pierda
entre las montañas
y me hicieron poeta en las abras
este nombre no es mi nombre
juro que soy
Isadora Tipula Quispe
y no Gloria Mendoza.

(de La danza de las balsas)

Mamá Herminia se hizo agua (4)

Los ríos se convirtieron en la entraña de mamá Herminia

brazos de olas traslúcidas alzaron poemas extraviados
en la corriente

en espuma afín memoria mamá Herminia se hizo catarata

entre mensajes sigilosos y aves negras oh muerte

río Sollata nos golpea nos recuerda nos envuelve
del agua salimos / el agua nos sigue golpeando entre las rocas.

(de Desde la montaña grito tu nombre)

Boca arriba la balsa (5)

Están las imillas conduciendo las balsas
en la travesía el silencio es una golondrina extraviada

están los campesinos emparentándose
con los cielos y la muerte entre los vivos

nevado horizonte furia desesperanza
agonía de los desheredados
a pesar de todo
sois los dueños absolutos de las montañas

dueños del espacio sideral dueños de los árboles y los pájaros
dueños de la leche recién ordeñada / dueños del trigo
y la pureza de las flores.

Júbilo en el monte (5)

Este persistente silencio de cuatro ojos
nos hospeda en la copa de los bosques a vuelo de gaviota
enceguecidos auscultamos el nacimiento de nuevos prados
las algas de tus balsas reflejadas en el río
siguen atrincheradas en la ruta
junto a los que huyeron de la marea y del hambre
la razón es justa pero las muertes no se justifican
tendí las manos en busca de la última lengua de sol
los girasoles se han cerrado para nosotros amordazados entre las piedras.
(de Desde la montaña grito tu nombre)

Telón al final de escena

Mis fantasmas mis viajes mi lago mi Huancané
mi Oquendo mi Churata mi Mercedes Bueno
mis amigos en el extravío
de los barcos que se van
mi Compuerta de Pecosani
mi padre transformado
en trigo eterno
mi sombra translúcida
no tengo nada
sobre las cenizas
de mis faldas largas
construí
una tea pomposa
con nuestra historia.

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