Gloria Portugal

Trujillo, Perú |1976


Bio

Es poeta, narradora y docente. Su poesía transita entre la ironía y el desencanto, partiendo tanto de objetos y elementos cotidianos, de entrecasa, como de la aparente reconstrucción de la memoria sentimental. Hace uso de un lenguaje directo y coloquial que, sin embargo, deja la sensación de una verdad por revelar.

Es licenciada en Educación por la Universidad Nacional de Trujillo con especialidad en Lenguas Extranjeras. Desde setiembre del 2011, es miembro de The Cloud Appreciation Society. De lunes a viernes trabaja como profesora de inglés. Los domingos es vendedora ambulante de baratijas. Los sábados, descansa.

Ha publicado los poemarios Insanías (2010), ganador del II Concurso de Poesía de Mujeres Scriptura; Estrellas en el cielorraso (2016), y Canción del manicomio (2021). El 2014 ganó el primer premio en la VI Bienal de Cuento Infantil ICPNA, por su libro Cuatrojos. Poemas y cuentos suyos han aparecido en la Antología general de la poesía en La Libertad (1918-2018), y en la antología Cuento Liberteño, panorama actual (2019), respectivamente.

Su obra

Sus textos

Un zancudo

Pasa
Repara en mí
Se detiene
Me examina
Presta atención a mi piel y
Las hilachas de mis vestidos
Revolotea en torno a mi angustia
Acaricia mi pelo
Se posa en mí

Solo quiere una gota de mi sangre
Se la doy

Nunca antes alguien había hecho
Tanto por mí
Por tan poco.

(de Insanías, Carpe Diem, 2010)

El monstruo

Un día mi madre dijo
que papá era un monstruo

Empecé a observarlo a escondidas
tratando de encontrar evidencias
tal vez unos cuernos una cola unos colmillos
o un número impreso en la cabeza
Nada encontraba
aparte de la creciente calvicie los brillantes anteojos
el terrible aliento y las extremidades macilentas

No —insistía mi madre—
él es malo siempre nos miente no nos quiere
¡ya vas a ver!

Entonces dejé de acercarme

Hasta que tuve que mudarme con el monstruo
cobijarme bajo su ala de dragón
sentarme a su mesa
y esperar…

Nada ocurrió
sus maldades eran poca cosa
solo él creía sus mentiras

Dejó de asustarme el viejo monstruo
dejé de temerle de odiarlo
hasta empecé a quererlo

Pero ser la cría de un monstruo
por tanto tiempo
tiene consecuencias:
ahora mis hijos me temen a mí

(de Estrellas en el cielorraso, Paracaídas, 2016)

Canción del diente de león

No me resistiré
me dejaré acariciar
sacudir
arrancar
me dejaré descuartizar

Conozco mi destino de mata
sin precio

Mi redención está en el viento

Si mi casa pudiera hablar

Si mi casa pudiera hablar
me contaría lo que pasó en mi ausencia:

Una mariposa entró por la ventana que dejaste abierta
y no supo salir

Un niño quiso jugar contigo
tocó el timbre y se fue corriendo

El teléfono sonó varias veces
por lo menos una llamada debió haber sido urgente

La planta de la maceta terminó de morir ayer
si te hubieras tardado menos
lo habrías impedido

Los insectos que solían danzar alrededor de la lámpara
tuvieron que emigrar en busca de luz

Las solemnes conversaciones de los relojes
pasaron desapercibidas por tu insomnio ausente

Qué decir de los amaneceres:
los hubo espectaculares
pero no estuviste para descorrer las cortinas

Por lo demás
la mesa crujió sin uso
el polvo floreció sobre los libros que no leíste
la voz del refrigerador adquirió un tono lastimero
y es evidente que jamás se sintieron tan vacíos los espejos…

Seguramente si mi casa hablara
no mencionaría
la paz de la estufa al fin sin grasa
el placentero descanso de la escoba
el prolongado reposo de los resortes del sillón
el alivio del retrete…

Y es que los que podemos hablar
no siempre decimos toda la verdad

BIPOLAR

Life
I am of both your directions
MARILYN MONROE

O estás con Dios o con el Diablo,
acostumbraba decir mi madre.

Como si fuera fácil distinguirlos.
Si solo se tratara de aureolas o de cuernos.

¿Cuántas veces tomé partido por uno,
creyendo hacerlo por el otro? Ya no lo recuerdo.

En alguna ocasión intenté el término medio:
mantenerme en la mitad de la cuerda,

pero el funambulismo nunca fue uno de mis talentos.

Me acostumbré a moverme
en apretado zigzag, a ir del amor al odio,

de la angustiosa nada al todo opresivo,
de la feroz euforia a la miseria de la melancolía.

¡Pobre de aquel que se cruzara en mi camino!
Lo juzgaba totalmente bueno al principio

Y, al minuto siguiente,
se convertía en el ser más perverso.

Solo podía desplazarme dando saltos.
Nunca aprendí a dar simples pasos.

Sigo allí, en un polo o en el otro
y no es cómodo. El frío es intenso.

Canción del manicomio

entró el olor del día/ por los huecos/ de la cortina
amaneció temprano/ se confundió/ el pobre gallo
el café/ bang-bang/ asesina mi disforia
cerró el ojo/ con una llave/ con un cerrojo
todos los árboles/ tienen/ la piel fugaz
la alegría/ cuelga/ de los postes de luz
es rojo/ aunque tenga/ el alma azul
la nota se escribió sola/ en la servilleta/ como la
historia
es un ejemplo/ pero parece/ una definición
la acera lame la suela/ mi lengua/ el zapato entero
el día es circular/ cuadrado el sol/ en el espejo
retrovisor
estás vacío como el eco/ mudo/ como jirafa
olas/ no me traigan/ más que mar
¿si no uso sombrero/ para qué/ tengo cabeza?
la ganzúa se rompió/ ábrete/ sésamo
te domestica/ finalmente/ la violencia
no son clavos/ son plumas/ sobre las que sangro
música anda/ de caza/ de pesca
una bala/ dibujó/ una rosa
ciempiés/ mil dedos/ solo una hoja
¿en qué/ estás pensando/ mi amor?
qué manera/ tan elegante/ de estar muerto
lo que me queda/ de ti/ es un cabello
cuando te vea/ te diré/ que no te vi
tristeza/ perdóname/ si me gusta reír
los signos de puntuación/ me producen/ desasosiego
cría cuervos/ yo criaré/ caracoles
te leerá el ciego/ si estás hecho/ de puntitos
acaricia al gato/ descuartiza/ al diente de león
mi recuerdo/ del futuro/ se desintegra
quisiera ser reloj/ y que me miren todos/ con
preocupación
recoge tus pasos/ como monedas/ de un sol
el fulgor de la silla/ de madera/ es de seda
el crepúsculo se sentó/ a la mesa/ del comedor
lo tuyo dijeron/ fue un error/ de fabricación
todos tienen/ razón/ menos yo
abrígate/ en la caja/ del refrigerador

(de Canción del manicomio, Hipatia Ediciones, 2021)

Horas nocturnas

Anoche me visitó el Hada del Sueño.
Tú no tienes el alma limpia
─me dijo─, no mereces dormir.

Observé la pequeña píldora
un largo rato antes de tragármela.

Comienza la función

Hoy debo ser Ofelia. Los espectadores conocen el libreto. Saben que voy a enloquecer. Solo que ahora hay modos de neutralizar a una histérica suicida. No es necesario morir.

Dejo de cantar y salgo de escena aferrada a mi prescripción médica. Hamlet, solitario, acaricia una reluciente calavera.

Le cuesta decidir entre ser y no ser.

¿Por qué humana?

Of all living creatures
why a human being?
A L O N D R A B E N T L E Y

Los árboles siguen en el parque,
también la banca donde me siento a tomar el sol,

el cactus de espinas inocentes,
el gato que duerme sin píldoras.

No les urge tener la conciencia limpia
ni estar en lo cierto.

Tampoco necesitan hablar.
Es más,

siempre guardan silencio
cuando les pregunto lo mismo.

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